No es cierto que yo tenga dos personalidades. Tengo algunas otras más, como casi todo el mundo. Y es cierto que tengo contradicciones, aunque trato de ser lo mas coherente posible, también como casi todo el mundo. Pero también es cierto que tengo una sola personalidad y una coherencia de años en cuanto a la idea de fútbol que me inspira y me hace feliz. Y aquí también, como a casi todo el mundo, me ha ido mal, regular, bien y muy bien según los equipos que tuve ocasión de dirigir. Pero sin más dilaciones quiero hablar de este presente mío y de River, en razón de la escena vergonzante que protagonicé ayer. La reacción, desde todo punto de vista exagerada y desproporcionada, tiene un origen de injusticia que todos pudimos ver. Le hacen una falta evidente a Arano, miro al árbitro en ese momento y está a punto de cobrarla, pero la jugada muy rápida sigue y entonces en el mismo impulso cobra el penal que fue, obviando la infracción inmediatamente anterior. No me importó que Carrizo haya atajado el penal y después el rebote, y me acerqué al árbitro preguntándole por qué no había cobrado la falta a Arano. Lo hice de forma airada pero sin que medie insulto alguno en ningún momento. Cuando me iba a sentar veo al linier que también estaba en la jugada y le pregunté lo mismo, también sin insulto u ofensa alguna. Y me expulsaron, justificamente. Eso fue todo y por eso pido disculpas a los hinchas de River con la promesa de no volver a repetir algo semejante (ojalá la pueda cumplir). De ahí deducir que eso está desquiciando al equipo, como por ahí leí en un artículo publicado en España, no tiene relación alguna. Los cambios en el equipo no son más que los que hace la mayoría de los equipos, incluso los que tienen mas puntos que nosotros (salvo Estudiantes, estamos todos a dos puntos mas o menos). En ese caso diríamos que todos estan desquiciados también, incluso Estudiantes, que también cambia a menudo y no por las copas que tiene o tenía que jugar. Sé que mi forma de ser atrae a mucha gente y rechaza a otro tanto, pero mucho más el discurso futbolístico que aboga por un fútbol mejor. Si Banfield, por poner un ejemplo, defiende cerca de su arquero y tira centros hasta con su arquero para ir a buscar por arriba la jugada de gol o los rebotes, está muy bien (y lo cierto es que lo hace con mucha eficacia), pero si lo hace River, no tiene identidad. Si algún otro equipo gana de casualidad (como ocurre con frecuencia en nuestro fútbol), nadie le cuestiona el argumento. Si lo hace River, "el fútbol que pregona su entrenador no aparece". Y les digo que lo acepto. Estoy acostumbrado a la exclusividad de esa exigencia. Y no a mi persona, sino a ese discurso. Cuando España perdió su primer partido, después de casi 40 sin derrotas, un comentarista (de los que no abundan, por suerte) de la corriente mal llamada resultadista lo festejó de tal manera que parecía haberse sacado la lotería. El fútbol que me gusta para River todavía no apareció en su totalidad, es cierto, pero no podemos negar que el equipo lo intenta siempre, aún en los malos momentos. Y contra Banfield lo intentamos los 90 minutos, sin renunciar al recurso del centro que también, como tal, es válido y de hecho nos permitió no perder un partido que no merecíamos perder. Lo intentó y lo consiguió en muchos pasajes, especialmente del segundo tiempo. Algunas críticas resultaron al menos sorprendentes: empató tirando centros, dijeron. Seguro que Banfield había hecho los dos goles tirando paredes. No se le reconoce a River ni siquiera su excelente estado de ánimo para no resignarse nunca y no dar por perdido un partido jamás. Es decir, no se le reconoce su voluntad de triunfo y su coraje para combatir hasta el último minuto. Nadie habló ayer (¿curioso, no?) de la preparación física. En fin, a los hinchas les quiero decir que dirijo un grupo que está muy unido y consciente de la responsabilidad que tiene y dispuesto a jugarse entero para seguir peleando hasta el último partido. Nadie está desquiciado y todos queremos mejorar. Lo haremos y lograremos lo que nos proponemos. Estamos solo a dos puntos de los equipos considerados y con razón, de lo mejor de este torneo. Perdimos con N.O.B sin que haya hecho nada mejor que nosotros, salvo el gol. Y empatamos con Quilmes en el último segundo, sin que ni éllos mismos se animaran a decir que lo merecieron. ¿Alguien, objetivamente, puede negar que ayer River buscó el empate que merecía largamente hasta que lo consiguió? Por último los invito a comprobar los cambios que hicieron los demás, para ver sin los que hicimos nosotros son síntomas de algo extraño. Muchos de esos cambios fueron por necesidad, y otros en la búsqueda de un rendimiento inmediato como requiere la situación de River y los campeonatos argentinos. Bueno, les queria comentar estas cosas, que lamentablemente no pueden quedar solo entre nosotros ya que tienen acceso público, porque de ahora en mas seré mucho mas parco con la prensa y apareceré lo menos posible. No por nada raro ni misterioso o por alguna discrepancia con la prensa, sino porque creo que el momento lo requiere. Un abrazo, y la seguimos.
Escrito por el técnico millonario en su blog
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