Inciertidumbre, desazón, dolor y desilusión. Son algunos de los sentimientos que me invaden desde que me enteré del despido de Angel Cappa. No voy a caer en la mentira de muchos medios que siempre dicen que ya se imaginaban este descenlace, realmente me sorprendi con la decisión tomada por el Presidente de River Daniel Alberto Passarella. Tampoco seré un "panqueque" y diré que el arribo de Cappa me ilusionó y mucho. A lo largo de los primeros partidos le fue díficil encontar "su" fútbol deseado pero hubo encuentros en los que se pudo disfrutar de esa idea, aunque hayan sido pocos, muy pocos. Sin embargo, la realidad marcó que no se le dieron los resultados, tuvo 3 triunfos al hilo en este campeonato, sin jugar del todo bien, y 7 partidos sin poder ganar (2 derrotas y 5 empates). Quizás haya pecado de querer mantener su idea futbolística a cualquier precio, incluso sin tomar conciencia de la situación a la que se está enfrentando River en relación al descenso. Una vez más se dirá que toda y exclusivamente toda la culpa fue de él. No hay que olvidar que el director técnico se encargar justamente de dirigir un conjunto de jugadores profesionales. Cabe destacar que últimamente no habían sido muy acertadas sus decisiones tácticas como técnicas. Hubo cambios mal realizados o en el momento no adecuado. Fui feliz por momentos viendolo al ex director técnico de Huracán en el banco del Monumental pero realmente me sentí decepcionado por los resultados obtenidos. Se sufrió y mucho en cada uno de los encuentros. A su vez, si se le puede cuestionar a Don Angel que le costó mantener la base del equipo titular. Había encontrado su caudillo ideal en Alexis Ferrero, por lesión debió irse y a pesar de estar recuperado perdió su puesto a manos del paraguayo Adalberto Román sin muchas muestras de gran calidad futbolística. Recién en los últimos partidos reapareció ese caudillo, que incluso fue coreado por la gente más en rechazo a Cappa que en elogio desmedido al defensor central. Como tantos otros técnicos no tuvo las hagallas necesarias para sacar a Ariel Ortega si no rendía como se lo esperaba. Lo hizo al final. Le tuvo demasiada paciencia a Funes Mori, que en un partido se erró 6 o 7 situaciones claras de gol, pero admito que también sigo teniendo esperanzas que demuestre qué puede vestir a medida le 9 del Enzo. Admito que aunque fueron pocos esos partidos dirigidos por Cappa me sacó alguna sonrisa por el fútbol pero su personalidad opacó la idea de buen juego que quería imponer. Su imagen mediatica hizo que muchos hinchas dejarán de creer en él, la personalidad se comió ese buen fútbol que deseaba. Por último, no me parece acertada la decisión de echar a Cappa a una semana de enfrentarse con Boca, esto ocurre por primera vez en la historia millonaria. No era el momento de dejar al hincha de nuevo con un presente incierto. Es la primera cuestionada decisión de Passarella como mandatario del club de Nuñez a casi un año de su asunción. Sólo son sentimientos de un hincha que vive preocupado este presente triste e inciero. Lo mejor o lo peor está por pasar, solo queda esperar. Angel, gracias por haber pasado por River!
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