Luego del sorprendente 2008 que River ganaba en el primer semestre el Clausura y al torneo siguiente terminó último por primera vez en su historia, las expectativas de los hinchas para el 2009 eran nulas. Lamentablemente, el club de Nuñez no sorprendió, contrató como director técnico a Néstor Gorosito que había expresado a los cuatro vientos que uno de sus sueños era ocupar ese cargo en el club en el que nació futbolísticamente. Los refuerzos para afrontar ese primer compromiso fueron Mariano Barbosa, Cristian Fabbiani y Marcelo Gallardo. Repasemos lo ocurrido con cada uno, Barbosa alternó minutos en el arco con Ojeda y Vega pero nunca se pudo asentar en el arco (emigró al fútbol méxicano) , Fabbiani llegó como ídolo por sus dichos y ganas de estar en el club del que es hincha y se fue por la puerta de atrás por sus flojas actuaciones y por último Gallardo se convirtió de a poco en una pieza fundamental en el vestuario como en la cancha tanto para Gorosito como para Astrada. En el Clausura terminó decimo tercero con 21 puntos, en la Copa Libertadores quedó eliminado insólitamente a manos de Nacional de Paraguay y en la Copa Sudamericana sucedió lo mismo pero lo derrotó Lanús. Esos malos resultados y la poca relación entre el cuerpo técnico de Gorosito y sus dirigidos fueron los detonantes para que el ex técnico de Lanus deje su cargo después de decir que tenía huevo suficientes para quedarse. Los últimos encuentros Pipo ni siquiera saludaba a sus dirigidos cuando salían de la cancha, se lo notaba desganado y desgastado.
Para este semestre las incorporaciones fueron: los paraguayos Cohene Mereles y Paniagua, Almeyda y Navarro. Los dos primeros casi no jugaron (Leo Astrada los puso en la lista de prescindibles), Almeyda poco a poco se hizo importante en campo de juego cuando su incorporación fue críticada por muchos y Navarro alternó minutos con los otros arqueros pero finalmente Vega se quedó con el arco. Ariel Ortega regresaba de su préstamo en Independiente de Mendoza. Comenzaron a sonar muchos nombres para suceder en su cargo a Gorosito que se fue en la séptima fecha del Apertura con una derrota insólita ante San Lorenzo cuando tenía el partido dominado por 1 a 0. El ciclo terminó como fue: raro y con poca regularidad. El hombre elegido fue Leonardo Astrada que se cargó el equipo al hombro y tomó las riendas de un barco que estaba prácticamente hundido. Arrancó con una derrota ante Independiente en el Monumental, era lógico porque no se iban a ver los resultados de un día para el otro. Los números de los partidos dirigidos por Astrada este año fueron: 4 ganados, 4 empatados y 4 perdidos. A lo largo de este semestre, el Jefe no perdió la calma y con el apoyo de los referentes como Gallardo, Almeyda y Ortega pudo vislumbrar un gran futuro. Una diferencia clara entre la era Gorosito y esta nueva etapa es que Leo espera a cada uno de los jugadores en el banco de suplentes para ir juntos al vestuario, una muestra clara de la unión en el plantel. El Negro con su serenidad le da confianza a los juveniles como Funes Mori, Villalva, Lamela, Mauro Díaz, Pereyra, Orban, Fernández, Bou, Coronel y Pezzela. La gran pregunta de los hinchas riverplatenses era saber si de las inferiores de River se podían ver jugadores como Saviola, Crespo, Cavenaghi, Astrada, Mascherano, Ortega, entre otros. La respuesta es clara y se puede ver por estos días en las canchas que juegue River. Buonanotte era según todos el último jugador distinto que salia con un futuro prospero. No era así. El torneo que viene, de no haber grandes incorporaciones se puede tener expectativas con las picardías y habilidades de los pibes de River. No es sólo soñar, sino que ya se vio lo que pueden mostrar los juveniles millonarios y el respaldo importante con que los cuida y lleva poco a poco Leo Astrada.
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