16 nov 2010

Es importante disfrutar el momento mientras dure

A pesar que ni River ni Boca están demostrando buen juego e incluso estén pasando por una de sus peores crisis la ilusión de ver un gran partido estaba intacta. No sólo porque en este tipo de encuentros poco importa como vino cada equipo sino también porque se juegan de manera diferente, son finales, son partidos apasionantes. El contexto ayudaba y mucho, el recibimiento millonario fue contundente, fue comparable con el de 1996, tildado como el mejor recibimiento de la historia del fútbol argentino. La piel de gallina se le ponía a cualquier hincha millonario con fácilidad. Desde el comienzo sorprendió las ganas que mostraron los jugadores, avanzaron en todo momento con la busqueda de un triunfo que necesitaban mucho. El regreso de Ariel Ortega lamentablemente no fue como se esperaba pero aportó tintes de su buen juego, el que sí siguió cumpliendo fue Matías Almeyda con su garra y entrega como siempre. Por sobre todo la defensa estuvo firme a pesar de algunos momentos de distracción no desentonaron. En la delantera fue digno de aplausos y elogios lo de Mariano Pavone que a fuerza de entrega, fútbol y buen juego se movió muy bien como nueve de area. Sólo le faltó el gol. Fueron destacables los ataques por las bandas de Lamela y Pereyra. En líneas generales todo el equipo estuvo a la altura de una gran final como la calificó el director técnico interino Juan José Lopez. Fueron muy acertados los cambios, no se le pudo reprochar eso, se hiciern en el momento preciso y por puestos que eran necesarios cambiar. A JJ se le dió un fierro muy caliente y frente a esta responsabilidad supo aprovecharla aunque haya sólo ganado un partido pese a que es muy importante. Fue una gran alegría para los hinchas, quizás les dejó poco material para vender a los medios que siempre se encargaron de desfenestrar a River. Poco importa lo que comiencen a decir ahora, solo es importante disfrutar el momento mientras dure.

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