Dieciseis días después de la charla con José María Aguilar donde acordó que volvería a entrenarse en el Club, Ariel Arnaldo Ortega volvió a transitar los pasillos del Monumental. El reloj marcaba las diez de la mañana cuando Ortega sorprendió ayer a Rodolfo Cuiña, Ricardo Dasso (Coordinador de Prensa), Pichi Quiroga y Chochi Favre (útileros del club), quienes fueron los primeros en verlo. El objetivo de su vista fue darle su apoyo a sus compañeros y al cuerpo técnico en este momento.
El Burrito pisó el cesped del Monumental y los ojos se le llenaron de lágrimas. Cada uno de los jugadores fue a su encuentro y todos sonrieron por la grata sorpresa que les ofreció. Los dirigientes intentaron convencerlo para que los acompañe en el almuerzo pero no hubo caso. El jujeño prometió que la semana próxima o a más tardar la otra se sumará a los entrenamientos para comenzar su puesta a punto. Orteguita quiere retirarse de la mejor manera en el club de sus amores y comienza a demostarlo en este tipo de actitudes.
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