Comenzaba el segundo tiempo del partido y el pedido de los hinchas era claro: querían que entre Marcelo el Muñeco Gallardo. Nadie iba a imaginarse que la respuesta de Pipo Gorosito iba a ser tan rápida, sólo 10 minutos después, y metió al Muñeco en cancha. Sin el diez River perdía más de lo que ganaba, por el planteo parecía que el local era Gimnasia de Jujuy, e iba para adelante pocas veces y sin ganas de ganar el encuentro.
La primera pelota que tocó Gallardo derivó en el primer y único gol que sentenció la victoria local. No sólo hizo eso sino que logró cambiarle la cara al equipo en cada pelota que tenía en sus pies. Además, la gente comenzó a dejar de sufrir para disfrutar de las genialidades de un jugador que sin estar el 100 por ciento da mucho más que el resto de sus compañeros. Ayer y cada vez que pisa el cesped el ex D.C United deja claro que está presente con su magia intacta.
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