5 jun 2009

Directas de la historia: Leo El Jefe Astrada


“Fue siempre un jugador fundamental para River, porque sus características encajan a la perfección con el perfil histórico del club”, afirmó Reinaldo Mostaza Merlo sobre Leonardo Astrada. Entre volantes centrales se entienden y Astrada tenía su cinco ideal: “El despliegue, el quite y la pegada de Gallego, el manejo de Redondo y la entrega de Corti. Así sería un volante de contención perfecto”.

El Jefe llegó al club de Núñez con sólo 8 años de la mano de su papa Rubén que trabajaba como ascensorista en Belgrano y a través de un amigo le había conseguido una prueba. Una tarde de invierno de 1978, Leo fue junto a su padre al predio que River tenía en Villa Martelli. Como consecuencia del frío y que habían pasado varios minutos sin el llamado del técnico para ingresar, Leo decidió esperar en el auto. Segundos después, se acerco Zenón Ruiz, que se encargaba de la selección de juveniles, y le dijo: “¿Así quiere ser jugador usted?" De inmediato, se bajó del auto y corrió al campo de juego. Dos pruebas más fueron suficientes para entrar en las inferiores del millonario. A los dos meses, viajó con sus abuelos a Rosario para disputar el torneo juvenil que se disputaba en el Juan XXIII.

Siempre jugué de 5 aunque en una época me pusieron como volante por izquierda. Ahí le dije al director técnico Pando que no me sentía cómodo allí”, sentenció Astrada al diario Olé en 1995. No fue solo eso lo que le revelo a su entrenador, le dijo que si no lo ponía como volante lateral prefería no jugar. Fiel a sus palabras, estuvo una semana sin ir a entrenar. Después, Pando lo llamó y le dijo que volviera que jugaría de 5. Leo confesó años más tarde que nunca había pensado en dejar realmente el fútbol, su relación con el director técnico era tan buena que lo quería como si fuese su hijo.

Su debut con la banda en el pecho fue inesperado. El de julio de 1989 Astrada se entrenó con la tercera división y se fue a lo de un amigo. Tiempo después, el pibe de diecinueve años recibió un llamado de River para que se sume a la concentración porque Gustavo Zapata se había lesionado. Sin mucha preparación y con una sonrisa marcada voló para el Monumental. Compartió el cuarto con Daniel Pasarella que daba sus últimos pasos como jugador profesional. Ese partido el millonario le ganó 1 a 0 a Deportivo Español y el Negro Astrada ingresó por Julio Zamora. Allí comenzó la historia del Jefe en River y es mismo año consiguió su primer titulo.

En toda su trayectoria en el club consiguió 13 títulos, nacionales e internacionales, siendo el jugador con más títulos en River: “Yo ni lo pienso, pero es algo hermoso, que te lo recuerdan muchas veces tus familiares o periodistas. Tengo claro que se dio porque soy de River, que siempre te lleva a ganar algo”. El 6 de junio de 2003, cuando su padre estaba secuestrado, Leo se retiró del fútbol profesional con una emotiva despedida en el partido ante Racing. Seis meses después, volvería a Núñez pero esta vez para ser director técnico y sacarlo campeón. Un caudillo fuera y dentro de la cancha que es apreciado en todo el mundo River. Quedó demostrado cada vez que el Jefe vino al Monumental dirigiendo al equipo visitante y se llevó los aplausos del hincha millonario.

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